Igual que el sueño y la sed


(Joaquín Sabina - Antonio Carmona - Javier Gurruchaga)
No estoy en contra, mi amor, de que tengas
un alma para la eternidad,
pero a mi cuerpo le aburren las fiestas
del más allá.

Hoy lo que quiero es hincarle algún dientea
un buen trozo de carne mortal
sin pensar en la noche siguiente
del funeral.

Igual que el hambre,
igual que el sueño y la sed,
son estas ganas de entrar
en tu piel.

No hay mejor cielo que tus caderas;
dámelas, no me gusta esperar,
a plazos no sé vivir,
desnúdate para mí,
por caridad.

Que no se escape la noche del sábado,
ningún Dios te la devolverá.
Ese tigre, mi amor, si lo suelto
te morderá

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